Resulta muy
difícil buscar los orígenes de la Orden Franciscana Seglar.
Los trabajos históricos más recientes sobre el tema piensan
que su origen se encontró en los “penitentes” que
florecieron en Europa desde el siglo XII. Se trataba de
mujeres y hombres que buscaban seguir una vida de conversión
sin dejar su realidad, y que se asociaban por lo general en
pequeños grupos o “fraternidades”.
Francisco de Asís comenzó su experiencia religiosa llevando
precisamente una vida de penitente, y los primeros frailes
menores se presentaron al principio a sí mismos como
“penitentes” de Asís. En unos pocos años, el movimiento
franciscano se convirtió en formas de vida religiosa
regular, tanto masculinas (los Frailes Menores) como
femeninas (las Clarisas). Pero al mismo tiempo, bajo la
inspiración directa de Francisco de Asís y de los primeros
frailes menores fueron surgiendo fraternidades de seglares
que vivían como Hermanos y Hermanas de la Penitencia y que
se sentían integrantes de la gran Familia Franciscana. Para
ellos Francisco pensó un proyecto de vida evangélica seglar
dentro de su Familia Religiosa, del que nació la “Orden de
la Penitencia” o Tercera Orden Franciscana.
El rápido crecimiento de las fraternidades de seglares
franciscanos obligó a crear normas que regularan su forma de
vida, su organización y su papel en la sociedad. Para ello
el papa Honorio III aprobó en 1221 el Memoriale Propositi,
que se ha considerado como la “primera regla” que la Iglesia
entregó a los Franciscanos Seglares, y que recogía las
orientaciones que Francisco había dado a las Fraternidades
de Penitentes.
A lo largo del siglo XIII las fraternidades de penitentes
franciscanos crecieron por toda Europa. Estas fraternidades
locales estaban muy unidas entre sí, y desde muy temprano
los franciscanos seglares sabían que formaban parte de una
orden universal. En el año 1230 una bula papal ya nombraba
expresamente a los “Hermanos de la Tercera Orden de San
Francisco”.
Pero la aprobación oficial de esta forma de vida por el Papa
no llegaría hasta el año 1289. Fue entonces cuando el papa
Nicolás IV aprobó una Regla para “todos los hermanos y
hermanas de la penitencia” de San Francisco, que
representaba la aprobación oficial de la Orden Tercera
Franciscana, que es como se llamó durante mucho tiempo a la
Orden Franciscana Seglar. La Regla de 1289, dejaba casi los
mismos contenidos del Memoriale Propositi de 1228, aunque
ordenándolos y estableciendo que los franciscanos seglares
quedaban bajo el cuidado espiritual de los frailes de la
Primera Orden.
Durante la Edad Media la expansión de la Tercera Orden
Franciscana fue impresionante. La influencia de los
franciscanos seglares en la sociedad medieval fue muy
grande. Dentro de sus Fraternidades había gente de todos los
grupos sociales de la época ayudando a eliminar poco a poco
las bases de la sociedad feudal, apareciendo sentimientos
democráticos. Sobre todo en Italia el movimiento penitencial
franciscano ayudo a la sociedad de las ciudades, que sufrían
a menudo la guerra y los enfrentamientos civiles. Sabemos
también lo importante que fue el franciscanismo seglar en la
Edad Media por la gran cantidad de santos de la época que
hubo en la Orden.
En la Edad Moderna, la Orden Franciscana Seglar decayó en
Italia y en los países donde triunfó la Reforma Protestante,
pero al mismo tiempo, desde principios del siglo XVII el
franciscanismo seglar creció en Portugal, España y sus
dominios en Europa y en el Nuevo Mundo. Durante esta época,
sin embargo, la pertenencia a la Orden Tercera se convirtió
más bien en una moda, y buena parte de sus propuestas de
vivir según el Evangelio en el mundo perdieron importancia
frente a otras formas de devoción más exteriores. Aun así
los terciarios siguieron influyendo sobre la vida religiosa
de los lugares donde se encontraban: en España, por ejemplo,
las fraternidades franciscanas seglares impulsaron y
dirigieron muchas cofradías piadosas e iniciativas de
caridad y de asistencia social, como hospitales y escuelas.
Los acontecimientos políticos del siglo XVIII y XIX, que
eliminaron las órdenes religiosas, dejaron en mala situación
a las fraternidades de franciscanos seglares. Pero el
franciscanismo seglar volvió a surgir desde la segunda mitad
del siglo XIX gracias a la restauración de la Orden de
Frailes Menores, que hacia un apostolado más social y
activo, la ola de simpatía hacia San Francisco que se vivió
en aquella época y el apoyo de los varios Papas, muchos de
ellos terciarios franciscanos. León XIII impulsó que los
franciscanos seglares se adaptasen a los nuevos tiempos
aprobando en 1884 una nueva versión de la Regla de la Orden
Tercera más simple y modernizada y además animó su
propagación por todo el mundo.
Gracias a esto, en la década de 1930 se llegaron a alcanzar
casi cuatro millones de terciarios franciscanos, miembros no
sólo de la Iglesia Católica, sino también de otras
confesiones cristianas, como la Iglesia Anglicana o el
calvinismo.
Pero esa época no duró mucho tiempo y desde la década de
1940 la Tercera Orden Franciscana decayó rápidamente. Esto
fue por la conversión de las fraternidades en simples
“cofradías piadosas”.
A partir de mediados del siglo XX se esta estudiando la
renovación y revitalización del franciscanismo seglar desde
distintas ramas de la Familia Franciscana. Para ello fue
decisiva la celebración del Concilio Vaticano II, que dio
importancia al papel de los laicos en la vida de la Iglesia.
Bajo el nuevo espíritu del Vaticano II se profundizó en la
vida de los laicos en la Familia Franciscana, planteando la
necesidad de volver a los auténticos orígenes de la forma de
vida franciscana seglar, pero sin descuidar “la atención al
Espíritu en la lectura e interpretación de los signos de los
tiempos.” De este nació una nueva para los franciscanos
seglares, para adaptar la espiritualidad franciscana al
mundo actual, que son las que regulan la vida de las
fraternidades franciscanas seglares en la actualidad.
Regla aprobada en 1978 por Pablo VI, Junto a la Regla, la
Santa Sede promulgó unas nuevas Constituciones Generales en
el año 2000 que son las que regulan la vida de las
fraternidades franciscanas seglares en la actualidad.
|